Reduciendo la brecha. Sin dejar a nadie y ningún lugar atrás

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Por Martha Delgado Peralta*

La aceleración urbana en la que hoy vivimos tiene el potencial de generar prosperidad, sin embargo, también el de concentrar la pobreza e inequidad a raíz de las crisis combinadas que experimentamos. Éstas acrecientan aspectos multidimensionales de las diversas brechas socio-territoriales, y acercan a la pobreza urbana extrema a más personas. Por otro lado, estas desigualdades sistémicas limitan las diferentes oportunidades y recursos a los que nuestras poblaciones puedan acceder, así como a los derechos que puedan ejercer dentro de los territorios. Sin las acciones necesarias en todos los niveles, la pobreza y la inequidad podrían convertirse en la cara del futuro de las ciudades.

Es una constante la búsqueda de mitigar ambos fenómenos, por lo que  hoy más que nunca una prioridad global para crear futuros urbanos inclusivos y equitativos, a través de acciones firmes para romper las barreras sistémicas que atrapan a nuestras poblaciones en ciclos de desigualdad.

Es urgente empoderar a las ciudades y a sus habitantes para poder responder a estas crisis a través de un modelo nuevo de contrato social enfocado en la construcción de resiliencia, inclusión y cooperación para dar paso a una nueva era de gobernanza participativa. Adicionalmente, una perspectiva de derechos humanos en la construcción de esfuerzos urbanos es clave para asegurar estándares de vida, y especialmente de vivienda adecuada, seguridad hídrica y sanidad.

En paralelo hay que considerar otros derechos humanos fundamentales que deben ser tomados en cuenta en las ciudades, como el acceso a la libertad de expresión y opinión, el derecho a la protección social y el derecho a la participación en la toma de decisiones. Esto  debe ir de la mano de políticas públicas urbanas de protección social que promuevan un desarrollo urbano balanceado hacia el acceso a la prosperidad colectiva y para habilitar entornos de inclusividad hacia la regeneración del tejido social y la mejora de la participación ciudadana.

Fomentar procesos resilientes de planeación y manejo de las ciudades, añadir enfoques de equidad de género aprovechando los conocimientos locales, así como  extender servicios e infraestructura a comunidades desatendidas, son algunas de las acciones prioritarias a emprender para mitigar la pobreza e inequidad urbanas que se recomiendan en Reporte Mundial de las Ciudades 2022 de ONU-Hábitat. Será a través de nuevos enfoques con miras de largo plazo, con principios de cooperación multisectorial y con alcances multidimensionales, que las ciudades podrán generar estrategias transformadoras que mitiguen los múltiples factores económicos y sociales que conducen a la exclusión y la marginación.

Para cerrar estas brechas, se requieren enfoques coordinados y colaborativos que unan los esfuerzos nacionales, regionales y locales. El Día Mundial del Hábitat, bajo el enfoque “Reconocer la brecha. No dejar a nadie y ningún lugar atrás”, es una oportunidad sin precedentes para tomar acción multinivel en esta Década de Acción a los problemas que acrecientan la inequidad espacial y a los retos en las ciudades y los asentamientos humanos.

El hábitat nos exige nuevas concepciones y modelos de adaptación territorial. Hoy más que nunca, debemos fomentar la consolidación de una sociedad resiliente, con capacidad de reinventar cada ecosistema que habita y reconfigurar las acciones para reducir las brechas globales.

Los escenarios y modelos de estudio son parte fundamental de los hechos y realidades que viven los territorios.  Por ello, es indispensable en la era del conocimiento, convertir el valor agregado de éste en modelos de acciones para interconectar los territorios y emerger un nuevo ecosistema, el cual sea capaz de resolver paradigmas y mitigar problemáticas.

Desde la Asamblea General de ONU-Hábitat impulsamos la adopción de enfoques multidimensionales para alinear esfuerzos que provean prosperidad sin dejar a nadie, en ningún lugar; tengo confianza en que podremos responder a los retos que enfrenta la humanidad apuntando a un bien común.

*Mtra. Martha Delgado,

Presidenta de la Asamblea General de ONU-Hábitat