Alto al tráfico de armas

Por Martha Delgado Peralta e Isaac Morales Tenorio

Todos sabemos que la lucha contra la inseguridad y el crimen organizado es uno de los retos más complejos que tenemos en nuestro país. Si bien es cierto que este es un problema multidimensional, desde la Presidencia de la República y la Secretaría de Relaciones Exteriores, a través del canciller Marcelo Ebrard, hemos identificado el tráfico de armas como un fenómeno prioritario que debe ser prevenido y frenado, debido al enorme daño que causa y el poder de fuego que brinda a las organizaciones criminales.

Los datos relacionados con este tema son escalofriantes. Según información de Small Arms Survey, se estima que en el mundo circulan más de mil millones de armas de fuego, 85% de las cuales están en manos de civiles, en su gran mayoría de forma ilegal. Diversos estudios calculan que anualmente ingresan de manera ilícita a México más de 200 mil de estas armas procedentes principalmente de los Estados Unidos, donde la compra, posesión y registro de usuarios de tales artefactos son más laxos que en México.

En la Cancillería hemos articulado una agenda ambiciosa desde el ámbito multilateral, que contribuya a las discusiones, la modificación de narrativas y a la generación de acciones concretas de colaboración. Para lograrlo, la estrategia ha consistido en conseguir que nuestro país ejerza presidencias y vicepresidencias, y que ocupe espacios en los órganos de gobierno de los tratados y foros sobre la materia. También, hemos impulsado una discusión más integral, que visualice la problemática de las armas en su ciclo completo de vida, desde el diseño y producción hasta la comercialización y destino final.

La estrategia del secretario Marcelo Ebrard ha dado pasos importantes en este sentido en los últimos años. Así, México logró revitalizar la Convención Interamericana contra la Fabricación y el Tráfico Ilícitos de Armas de Fuego, Municiones, Explosivos y Otros Materiales Relacionados (Cifta), logrando un llamado a la acción hemisférica bajo la presidencia mexicana de este instrumento regional en 2021.

También, en marzo de 2022, nuestro país impulsó ante la Comisión de Estupefacientes de la ONU la adopción de una importante resolución que reconoce la importancia de combatir los vínculos entre el tráfico de armas y el tráfico de drogas. Más adelante, en agosto pasado, México asumió la vicepresidencia del Tratado sobre Comercio de Armas (ATT), lo que ha permitido avanzar la agenda de compromisos posventa y contribuir a la prevención del desvío del comercio.

Asimismo, es importante destacar que en el marco de la Conferencia de Estados de la Convención contra la Delincuencia Organizada Transnacional de la ONU, y tras la presidencia ejercida por México en el Grupo de Trabajo sobre Armas, en octubre de 2022 en Viena, México logró la adopción de una resolución que compromete a los Estados a fortalecer la cooperación internacional contra el tráfico ilícito de armas, que de manera significativa incorpora la visión de toda la estrategia multilateral, y que se espera se traduzca en esfuerzos más concretos y orientados a la acción.

Necesitamos generar conciencia de que detrás de cada arma no solo hay un delito que perseguir, sino vidas humanas que se pierden o que se ven irremediablemente afectadas. La responsabilidad de este fenómeno no debe recaer únicamente en los gobiernos, sino también en la sociedad, así como en la industria productora y comercializadora, para prevenir prácticas negligentes y tener una mayor responsabilidad corporativa. Estamos convencidos de que esta línea de trabajo, en la que atacamos directamente el flagelo de las armas, será crucial para lograr tener un país más seguro, donde nuestras familias puedan vivir más tranquilas.

*Subsecretaria para Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos de la SRE

**Coordinador de Seguridad Multidimensional de la SRE.