Tarifas de Agua, reestructuración pendiente
(Artículo publicado en el periódico Reforma el 12 de diciembre de 2004, en la sección Ciudad y Metrópoli)
Tres son los retos inmediatos que enfrenta el Gobierno de la Ciudad para la gestión integral del agua. El primero, se refiere a la necesidad de incrementar la disponibilidad de agua en bloque para mejorar la dotación de agua potable principalmente en las zonas marginadas de Iztapalapa, y para los 10 mil nuevos usuarios que se sumarán al padrón del servicio el próximo año.
Un segundo reto consiste en desarrollar estrategias para frenar la sobreexplotación del acuífero, así como para proteger el suelo de conservación que constantemente se ve amenazado por invasiones ilegales, orquestadas por organizaciones vinculadas a “líderes” que utilizan la necesidad de vivienda de amplias capas de población para hacer de esa gestión un modus vivendi.
Y en tercer lugar, tenemos al complejo asunto de la reestructuración de las tarifas de cobro por derechos del agua, la reorientación de los subsidios y la introducción de incentivos para el ahorro y el uso del agua tratada, a fin de encontrar la posibilidad de contar con un Sistema de Aguas autosuficiente financieramente y con presupuesto para invertir en la infraestructura hidráulica que la Ciudad exige de manera urgente.
En la Comisión Especial para la Gestión Integral del Agua (CEGIA) de la ALDF, estamos trabajando una propuesta de reestructuración tarifaria por derechos de agua que permita que el manejo del recurso hídrico sea justo y equitativo, con subsidios dirigidos a los sectores que más lo necesitan y sobre todo que permitan un esquema financiero capaz de hacer que la recaudación, las tarifas y los costos de operación sean congruentes entre sí.
Es urgente que la eficiencia recaudatoria del Sistema de Aguas pase del 50% a un 90 o 95%, para estar en posibilidad de diseñar un mecanismo financiero que permita reinvertir los recursos del agua en el agua, hacer autosuficiente financieramente al Sistema, y desarrollar una cultura para lograr el ahorro de altos volúmenes, el reciclaje del agua y el uso de aguas residuales.
Algunas propuestas del Gobierno del Distrito Federal en este sentido que incluyeron en la Iniciativa de Ley de Ingresos y en el Código Financiero para el 2005, consisten en innovaciones para eficientar la recaudación por pago de derechos de agua. Tal es el caso de la opción de que el usuario autodetermine su pago por el suministro del recurso. Con esta medida se espera aumentar la recaudación y abatir la cartera vencida que se calcula en por lo menos 3 mil millones de pesos.
Otra iniciativa es el otorgamiento de incentivos fiscales a las industrias que reduzcan su consumo de agua por la aplicación de innovaciones tecnológicas, así como la exención del pago de la tenencia a las pipas de agua. Estos temas resultan relevantes por lo que habrá que darles especial seguimiento.
Por otro lado, actualmente el 99.25 % de las personas que reciben agua en sus domicilios tienen subsidio, incluyendo a las que viven en colonias residenciales. Del costo por suministro del agua potable que es de alrededor de 8 pesos, el Gobierno del Distrito Federal sólo logra recuperar dos pesos a través de la recaudación, subsidiando el 75% en términos reales.
El problema es que los habitantes de zonas marginadas, en donde hay menos disponibilidad de agua, son los que menos se benefician del subsidio y por tanto terminan pagando el agua más cara de la ciudad. Por ejemplo, las familias de Iztapalapa o Tlalpan, llegan a pagar hasta tres veces más por un litro de agua en pipa, que una familia en la Delegación Miguel Hidalgo, que recibe el recurso potable las 24 horas del día, con tan sólo abrir la llave.
Por ello se hace necesaria una reestructuración de las tarifas, con un sistema escalonado que permita que los beneficiarios del subsidio que otorga el Estado obtengan mayores beneficios económicos. Es decir, la aplicación de un criterio de equidad social que no demerite el principio de eficiencia económica.
Como propuestas se ha planteado la posibilidad de que los usuarios de mayores ingresos subsidien a los de menores ingresos, si bien ambos serían sujetos de recibir un subsidio, el monto de cada uno dependería de los costos reales de provisión.
Para el próximo año, la CEGIA entrará de lleno a este tema, con la intención de que en el 2006 se cuente con una nueva estructura regional y por estrato de ingreso del consumo de agua en el Distrito Federal. Estas tarifas serán el resultado de un análisis de la estructura tarifaria actual en relación a la suficiencia para cubrir costos de adquirir, extraer, conducir y distribuir el agua, descargarla a la red de drenaje, tratar las aguas residuales; y mantener y operar la infraestructura hidráulica necesaria para ello.
El tema es complejo, pero la ciudad no debe postergar las medidas para que los habitantes de la Ciudad contemos con agua de calidad y a precios justos. El Distrito Federal no solamente está en esa posibilidad, sino también en la oportunidad de implementar una política de autosuficiencia hídrica que nos permita dejar de depender de fuentes externas para satisfacer nuestras necesidades. A esta parte de responsabilidad pública con las futuras generaciones, debe sumarse la voluntad política de legisladores y gobierno para dejar de hacer del agua un tema electoral o asunto de imagen pública.