El andamiaje geopolítico ha tenido históricamente variables dinámicas que, muchas veces por intereses nacionales y económicos, delinean y modifican las relaciones entre los países. En la actualidad, vemos
una nueva redefinición de fuerzas derivada de una transformación que se viene gestando desde hace algunos años: la transición a la electromovilidad. México ha jugado y jugará un papel importante en el pasado y el futuro de la industria automotriz. Al respecto, van algunos apuntes pertinentes.
La transición está en camino. De acuerdo con el Global EV Outlook, publicado este año por la Agencia Internacional de Energía, para el año 2030, aproximadamente el 30% de los coches que se vendan en el mundo serán eléctricos. Y esto no es ciencia ficción: un dato relevante es que en 2012 se producían 120 mil vehículos eléctricos al año; para 2021, esta cantidad era vendida semanalmente. Esto da muestra de la aceleración del proceso.
Jugadores viejos, jugadores nuevos. El reacomodo de la industria automotriz también presenta una redefinición estructural. Hoy vemos cómo China se ha convertido en el principal consumidor de vehículos eléctricos comprando la mitad de todos los que se producen en el mundo. Más importante aún, observamos cómo los requerimientos de materia prima para las baterías de los coches se convierten en el objeto del deseo global, y la nueva fuente de poder de quienes lo poseen.
En el caso del cobalto, el 74% de las reservas del mundo se encuentran en la República Democrática del Congo, donde tanto China como los Estados Unidos compiten por su explotación. En cuanto al litio, su distribución a nivel mundial está más pulverizada; más del 50% de las reservas de este elemento se encuentran en el llamado “triángulo del litio” – Bolivia, Chile y Argentina–. Aquí, aunque con una reserva aparentemente menor, nuestro país se encuentra entre las primeras diez naciones con mayores reservas de este nuevo “oro”. Por tal razón, México constituyó – así como lo han hecho otros países – una empresa estatal, Litio para México, que definirá la política de explotación de este mineral estratégico.
México en el tablero. Sobra decir la importancia de la industria automotriz para nuestro país: representa el 3% de nuestro PIB y el 16% del PIB manufacturero. El año pasado recibimos 5.4 mil millones de dólares de inversión extranjera directa en este rubro. Jugamos, además, un papel estratégico en la industria, pues somos parte central de la cadena de valor de la producción de coches para América del Norte, probablemente la región económica más importante del mundo.
Como se ha comunicado con anterioridad, la Cancillería creó, en conjunto con la Universidad de California, un Grupo de Trabajo México-Estados Unidos para la Electrificación, iniciativa de alto nivel, de carácter binacional y de triple hélice. Esta busca sentar las bases para la transición regional, que apoye a la industria de ambos países y promueva la integración económica. Una de las principales fortalezas de esta iniciativa es que no es estrictamente deliberativa; tendrá como resultado una ruta crítica con un horizonte de un año, escrita por académicos de la Universidad de California, cuyos primeros hallazgos serán presentados en noviembre de 2022.
Este es un proyecto de triple hélice, que incluye a gobierno, industria y academia, tanto de Estados Unidos como de México. De nuestro lado, han participado las secretarías de Economía, de Comunicaciones y Transportes, de Educación, así como la del Trabajo y Previsión Social. Además, la Comisión Federal de Electricidad, 15 empresas del sector automotriz, seis universidades y organismos de la sociedad civil.
¿En qué vamos? En este mes de septiembre finalizó la segunda etapa del proyecto, que derivó en recomendaciones puntuales a los obstáculos y retos.
de la transición. Los resultados preliminares de la hoja de ruta de este Grupo de Trabajo serán expuestos por la Subsecretaría para Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos de esta Cancillería en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2022 (COP27), que se llevará a cabo del 6 al 18 de noviembre en Sharm El Sheikh, Egipto.
Aunado a lo anterior, en el mes de diciembre la Cancillería presentará una memoria de las diez sesiones del Grupo de Trabajo, mismas que se llevaron a cabo de mayo a septiembre de este año y estuvieron basadas en cinco ejes temáticos: capital humano, innovación, infraestructura, gobernanza y desarrollo de proveedores.
La electromovilidad representa hoy un juego de ajedrez a múltiples manos en el que México se ha sumado previendo los siguientes movimientos. Sus beneficios serán múltiples, pues disminuirá las emisiones de CO2 que se liberen, pero, además, contribuirá a reinventar una industria fundamental para nuestro país, que históricamente ha generado empleos y bienestar.
*Subsecretaria para Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos de la SRE