Decreto y manejo de Barrancas Urbanas
Las Barrancas del Poniente, sumadas al Suelo de Conservación son un factor crucial para el equilibrio hidráulico de la Ciudad de México, ya que aproximadamente el 60% del agua que se consume proviene de su acuífero subterráneo y el resto se bombea cuesta arriba desde otra cuenca externa, la Cuenca del Cutzamala, la cuenca de Lerma y el Valle de Pachuca. La mayor parte de la recarga del acuífero subterráneo se obtiene mediante la infiltración del agua de lluvia en el Suelo de Conservación (SC), que son 87 mil hectáreas aproximadamente y en las barrancas urbanas.
La capacidad de infiltración de estas zonas es particularmente importante ya que su sustrato es de origen volcánico y está conformado por rocas permeables y fracturadas que cuando existe la adecuada cobertura vegetal retienen e infiltran como esponja una gran cantidad de líquido. Otros servicios ambientales que prestan a la ciudad estas zonas son la absorción de contaminantes atmosféricos, la captura de partículas suspendidas y la aportación de oxígeno, además que consiguen la disminución del volumen que se evapora e incrementa el nivel de humedad del suelo y la atmósfera. Adicionalmente, la dimensión estética y paisajística de este territorio es de enorme importancia para la habitabilidad y equidad en la convivencia armónica de los habitantes de la Ciudad.
De acuerdo con datos de la Agenda Ambiental de la Ciudad de México, existen cerca de 80 barrancas divididas en alrededor de 30 sistemas que, durante la temporada de lluvias, captan 70% del agua que se recarga a los mantos acuíferos del Valle de México. En consecuencia, el principal reto ha sido dar protección y certeza jurídica a las 1,506 hectáreas, aproximadamente, de barrancas que están libres de urbanización, hacia donde, por la inclinación del terreno, vierte la totalidad del agua que llueve sobre un territorio de más de 32 mil hectáreas.
Para garantizar su protección en el periodo 2006-2012 la Agenda Ambiental de la Ciudad de México, el Plan Verde y más concretamente en el Programa Sectorial de Medio Ambiente, estableció un Programa de Protección a Áreas Verdes Urbanas en donde se propuso la meta de consolidar un Sistema de Gestión de Áreas Verdes y Barrancas, el cual sumaría información, programas de manejo y herramientas específicas para la gestión de estas áreas. El sistema se consolidaría mediante la declaratoria de 33 Barrancas como AVAs (Area de Valor Ambiental).
En el año 2007 la Secretaría del Medio Ambiente llevó a cabo estudios técnicos y cartográficos para delimitar con poligonales las 33 Barrancas. Dicho estudio se titula Sistema de Análisis y Directrices para el Manejo de Barrancas Urbanas del Poniente del Distrito Federal. Doce ya han sido declaradas como Área de Valor Ambiental, con lo que una vez restaurado su bosque y ecosistema, aportarán más de 2.5 metros cúbicos por segundo de recarga de agua al acuífero subterráneo.
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