Por Martha Delgado* y Wolfgang Dold**
*Subsecretaria para Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos en la SRE
**Embajador de Alemania en México
En septiembre de 2021, el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas, António Guterres, publicó el informe “Nuestra Agenda Común”, en el que propuso establecer el Pacto Digital Mundial. Este es un acuerdo que considera el establecimiento de un diálogo global para el intercambio de ideas sobre el uso futuro de las tecnologías digitales, mismo que se adoptará en la Cumbre del Futuro en 2024.
Con el Pacto Digital Mundial como guía podremos lograr la conectividad digital de todas las personas, evitar la fragmentación del internet, asegurar la protección de los datos de las personas, fomentar la aplicación de los derechos humanos en el ámbito digital, promover un internet confiable mediante la introducción de criterios de responsabilidad por discriminación y contenido engañoso, impulsar la regulación de la inteligencia artificial, y designar al patrimonio digital como un bien público global, entre otros temas fundamentales.
Pero, ¿por qué resulta relevante para México y el mundo ser parte de un pacto digital? De manera muy simplificada: para atender las desigualdades sociales y tecnológicas con la ayuda de herramientas digitales. El contexto nos los presenta la Unión Internacional de Telecomunicaciones, la cual revela que, en 2022, a medida que la población del planeta se acercaba a los ocho mil millones de habitantes, solo el 66% contaba con conectividad digital. De esta población mundial, 69% estaba constituida por hombres y 63%, por mujeres, revelando lo fundamental que es el abordaje de la brecha de género, visto desde lo digital, a fin de mejorar todas las cifras en la materia.
Con el propósito de atender estas desigualdades y en seguimiento al informe de “Nuestra Agenda Común”, resulta clave trabajar en conjunto con gobiernos, el sistema de Naciones Unidas, el sector privado, organizaciones de la sociedad civil, así como con instituciones académicas e individuos, incluyendo los jóvenes, para cerrar las brechas digitales globales. En ese contexto, nos sentimos muy honrados de que México haya sido la sede de una de las tres consultas regionales (las otras dos serán en Asia y África), cuyo objetivo es producir recomendaciones tangibles para los elementos que se incluirán en el Pacto Digital Mundial, y su adopción en la Cumbre del Futuro.
México, en colaboración con el Gobierno de Alemania y la Oficina del Enviado Especial del Secretario General de Naciones Unidas para la Tecnología, nos propusimos celebrar en la Cancillería las consultas regionales para las Américas de cara al Pacto Digital Mundial, con el objetivo de alinear puntos de vista y generar compromisos de trabajo para superar los retos que enfrentan México y la región en materia de tecnologías digitales, así como avanzar en la implementación de la Agenda 2030, la cual requiere del acompañamiento de una transformación digital sostenible que ofrezca ventajas por parte de las tecnologías emergentes para todos los grupos de la sociedad.
Los gobiernos de México y Alemania vemos en este Pacto una oportunidad decisiva para que la comunidad internacional acuerde principios para el uso responsable de las nuevas tecnologías, a la vez que coloque al desarrollo humano en el centro de todas las políticas. Ello en virtud de que el Pacto tiene el potencial de convertirse en un documento clave de referencia universal para el uso responsable, equitativo y sostenible de estas tecnologías. Ambos países reiteramos la necesidad de incluir no solamente a los Estados miembros de la ONU, sino también de involucrar a otras partes interesadas para dotar al Pacto Digital Mundial de mayor calidad, sostenibilidad y eficacia. Reconocemos que el impacto de las tecnologías digitales se extiende mucho más allá de los límites estatales tradicionales, por lo que resulta crucial que el Pacto considere los puntos de vista y las experiencias de una amplia variedad de las partes interesadas.
También, coincidimos en que esta celebración regional de las consultas de cara al Pacto Mundial Digital y sus resultados culminarán de manera exitosa cumpliendo con el objetivo de allanar el camino que queremos seguir respecto al uso de estas tecnologías –que transforman profundamente cada vez más la forma en que vivimos, trabajamos y nos relacionamos entre nosotros–, en la búsqueda de catalizar las oportunidades y mitigar los desafíos que se nos plantean, estableciendo así un futuro próspero y pacífico para las generaciones venideras.
Por último, pero no menos importante, es preciso destacar que la aprobación del Pacto final por parte de los Estados miembros de la ONU en la Cumbre del Futuro en 2024 es solo el comienzo. Se necesitará un esfuerzo concentrado por parte de la comunidad mundial para garantizar que el Pacto genere un impacto en los años venideros para todos y cada uno de los ciudadanos del mundo.