María Fernanda Espinosa y Martha Delgado jue 01 julio 2021 05:05 AM
(Expansión Mujeres) – En unos días, gobiernos, feministas, jóvenes activistas, organizaciones filantrópicas, se reunirán virtualmente en París para el Foro Generación Igualdad. El momento culminante de un proceso de dos años que inició en México el pasado mes de abril, para dar forma, renovar el compromiso y renovar la igualdad de género y los derechos de las mujeres y las niñas. Es un justo homenaje a la historia del movimiento por los derechos de las mujeres.
En septiembre de 1995, el mundo se congregó en Beijing para la reunión más grande hasta el momento en materia de igualdad de género: la IV Conferencia Mundial sobre la Mujer. Los líderes internacionales prometieron realizar importantes acciones y presentaron la Plataforma de Acción de Beijing, un plan a favor de la igualdad de género y del empoderamiento de mujeres y niñas.
En los 26 años que han transcurrido desde esta reunión, el mundo ha dado grandes pasos, por ejemplo, en cambios legislativos, políticas y normas sociales que han logrado que vayan más niñas a la escuela que en cualquier otro momento de la historia. Un reporte de ONU Mujeres, UNICEF y Plan Internacional del año pasado muestra que el número de niñas que no van a la escuela ha disminuido en 79 millones durante las últimas dos décadas.
Sin embargo, el ímpetu se pasmó. La acción, el financiamiento y la implementación no han estado a la altura de la retórica pública. El progreso ha sido lento, desigual y frágil. Por ejemplo, mientras mil millones de personas han podido escapar de la pobreza extrema desde 1990, las mujeres entre 25 a 34 años son 25% más propensas que los hombres a vivir en extrema pobreza; y, aunque la tasa de matrimonio infantil ha disminuido de uno de cada cuatro a uno de cada cinco, aún hay 650 millones de mujeres en el mundo que fueron casadas antes de cumplir 18 años. Estos y otros retos emergentes son prueba de que el progreso incremental no es suficiente. Necesitamos una transformación.
La actual pandemia de COVID-19 ha exacerbado las desigualdades. Los reportes revelan alzas en la violencia contra las mujeres, así como impactos económicos negativos que se han visto exacerbados debido a que las mujeres se enfrentan a más las tareas de cuidado no remuneradas o a que ocupan más trabajos informales, inseguros y de baja paga.
Incluso antes de la pandemia, la participación global de las mujeres en la fuerza laboral estaba disminuyendo de manera sostenida. En 2020, 46.9% de las mujeres a nivel mundial eran parte de la fuerza laboral, una cifra que se desplomó del 51% registrado en 1990.
La pandemia ha empeorado esta situación. En 2020, 64 millones de mujeres perdieron su empleo, lo que se tradujo en una pérdida laboral del 5% para las mujeres, mientras que la de los hombres fue de 3.9%. Este enorme retroceso para los derechos de las mujeres y niñas debe resolverse mediante paquetes de recuperación que inviertan más en el bienestar de las mujeres y niñas, así como en la igualdad de género.
En un momento en el que las mujeres y niñas corren el riesgo de perder derechos y quedarse cada vez más rezagadas, es esencial que el mundo refuerce las acciones para verdaderamente hacer posible la igualdad. El Foro Generación Igualdad es una oportunidad extraordinaria para transformar permanentemente nuestra sociedad y cimentar la igualdad de género como un componente vital de la iniciativa Building Back Better [Reconstruir mejor].
El Foro ha convocado a gobiernos, miembros de la sociedad civil y a la nueva generación de activistas a favor de los derechos de las mujeres con las pioneras de la igualdad de género que fueron arquitectas de la Plataforma de Acción de Beijing que fue un hito histórico en la agenda por la igualdad y los derechos de las mujeres y las niñas.
El cambio es urgente y solo será posible si sumamos fuerzas y actuamos con determinación para alcanzar la igualdad de género y la justicia universal. Crear sociedades más justas, igualitarias y democráticas es asunto de todas las personas. Al día siguiente de París es cuando comienza el trabajo más difícil, traducir las declaraciones en verdaderas transformaciones.
Nota del editor: Maria Fernanda Espinosa es expresidenta de la Asamblea General de la ONU y miembro del Grupo de Mujeres Líderes para el Cambio y la Inclusión. Martha Delgado es subsecretaria para Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos de la Secretaría de Relaciones Exteriores de México. Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente a las autoras.