Artículo publicado en Reforma el 11 de marzo de 2020
Pocas coyunturas como la que vivimos ayudan a comprender el significado del día de las mujeres. Se ha dado recientemente por banalizar este día con felicitaciones que asemejan esta fecha a un día comercial, evadiendo su contenido histórico y político. Este día tiene su origen en las luchas sufragistas en EUA y las obreras en Europa. En 1910 se propuso el 8 de marzo como la fecha para la conmemoración de las mujeres obreras alemanas. En marzo de 1917 se dieron represiones violentas de este movimiento de mujeres en huelga. Como puede verse, desde su origen, esta fecha tiene una motivación política de transformación que exhibe la desigualdad estructural y la violencia cotidiana que se ejerce contra las mujeres, y está lejos de ser un festejo.
La coyuntura actual ha exhibido las inaceptables condiciones de violencia que van desde manifestaciones cotidianas de machismo, hasta los feminicidios que han sacudido la conciencia de nuestro país, en los años que van desde que éstos surgieron a la luz pública como fenómeno en Ciudad Juárez, hasta los que conocemos hoy en una distópica tragedia que se ha vuelto cotidiana.
Esta situación inaceptable toca cada fibra de mi ser, por lo que he hecho el compromiso de contribuir a cambiar esta situación de raíz. Tuve la fortuna de unirme al movimiento feminista desde los inicios de mi carrera participando en la conferencia de Beijing en 1995. Hoy, siendo funcionaria en la SRE, tengo la responsabilidad de que sean nuestras acciones las que hablen.
El Gobierno Federal ha tomado medidas en favor de la igualdad entre hombres y mujeres. El Canciller ha lanzado la Política Exterior Feminista, la quinta en su tipo en el mundo y la primera en América Latina. Buscamos integrar los principios del feminismo, como son la igualdad sustantiva y la erradicación de la discriminación a través de derechos, como los preceptos que orienten nuestras decisiones en materia de política exterior y en la vida cotidiana de nuestro actuar político.
En mayo de 2019, iniciamos junto con la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (CONAVIM), la Organización de las Naciones Unidas y la Unión Europea la iniciativa Spotlight, que tiene el objetivo de erradicar la violencia contra las mujeres y las niñas a partir de la inversión en el espacio público para garantizar el acceso a lugares libres de violencia. Esta iniciativa global tiene un presupuesto de 500 millones de euros.
Somos co-anfitriones con Francia del Foro Generación Igualdad a 25 años de la histórica Cumbre Mundial de las Mujeres en Beijing y abriremos el espacio para la evaluación del cumplimiento de las metas del Programa de Acción de Beijing en un foro para toda la sociedad. En materia de cambio climático, durante la pasada COP 25 México fue promotor de la adopción del Programa de Género y Cambio Climático.
El consulado que encabeza la Cónsul Alicia Kerber en Houston, así como la oficina de la SRE en la Alcaldía Benito Juárez, fueron certificadas la semana pasada en el cumplimiento de la Norma Mexicana de Igualdad Laboral y No Discriminación, y la Red de Género de la Secretaría trabaja activamente para la capacitación de los funcionarios de Embajadas y Consulados en materia de violencia doméstica, asesoría a mujeres indígenas, y defensa de los derechos de las mujeres en el exterior.
La política exterior feminista ofrece un mensaje claro: el gobierno es sensible a la situación cotidiana de violencia contra las mujeres. La violencia de género sacude nuestra conciencia y tomamos sin reparos la responsabilidad de poner todas las herramientas del Estado que nos corresponden para erradicarla.
La autora es Subsecretaria para Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos de la SRE.