Por Martha Delgado
14/06/2019 La Silla Rota
La semana pasada tuvo lugar en Nairobi, Kenia, la Primera Asamblea de ONU Hábitat en la cual tuve el honor de haber sido electa como Presidenta para el periodo 2019-2023. Esta Asamblea es el órgano máximo de gobierno de este organismo multilateral que opera el Programa de Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos, y que cuenta con una membresía universal, es decir, de los 193 países que conforman la ONU. Presencialmente participaron 125 naciones para tomar decisiones para acelerar la instrumentación de la Nueva Agenda Urbana y lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible, particularmente el número 11 que se refiere a las Ciudades y Comunidades Sostenibles.
Esta Asamblea consolidó el esfuerzo de 14 años de reforma institucional que culminan con la formación de un nuevo órgano de gobierno. Es importante porque ONU Hábitat es un punto focal para lograr una urbanización sostenible y transformar los asentamientos humanos guiando a los gobiernos locales en el mejoramiento de sus metodologías y manejo de datos, en el despliegue de políticas públicas urbanas y ambientales, así como en la búsqueda de asociaciones y financiamiento para lograr comunidades resilientes, equitativas y seguras. Durante mi periodo como Presidenta, tendremos la oportunidad de aterrizar las estrategias para implementar la Nueva Agenda Urbana, dando prioridad a la cohesión social, la gobernanza y el desarrollo regional sustentable.
Con el apoyo del Grupo de Estados Latinoamericanos y del Caribe (GRULAC), fui electa por aclamación en representación de México, y la nominación fue apoyada por la comunidad internacional, lo cual nos permite realzar la tradición diplomática y el liderazgo de nuestro país en los foros multilaterales.
En esta primera Asamblea se adoptó la Declaración Ministerial sobre “Innovación para una mejor calidad de vida en las ciudades y las comunidades: aplicación acelerada de la Nueva Agenda Urbana para avanzar hacia el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible”. También se aprobaron cinco resoluciones sustantivas para la creación de capacidades para implementación de la Nueva Agenda Urbana; sobre la dimensión urbana de la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible; una para integrar la equidad de género en la agenda urbana; lineamientos sobre ciudades y asentamientos urbanos más seguros; y sobre la vinculación de las agendas urbana y rural para la generación de comunidades sostenibles. También fue aprobado el Plan Estratégico 2020-2023 del organismo, y se tomó una decisión administrativa sobre los mecanismos para la transición hacia la nueva estructura de gobernanza de ONU Hábitat.
En el marco de la Asamblea, México organizó la presentación del Índice de Prosperidad de las Ciudades (CPI, por sus siglas en inglés), que es una metodología de medición para comprobar la efectividad de aplicación de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible y consta de los siguientes ejes: calidad de vida, equidad e inclusión social, sostenibilidad ambiental, gobernanza y legislación, productividad y desarrollo de infraestructura urbana. Aunque ONU Hábitat lo ha desarrollado también en otros países, el caso mexicano se reconoce como un caso de éxito a nivel mundial, ya que el índice se ha aplicado en 305 municipios, más que en ningún otro país.
La agenda del Presidente López Obrador es inminentemente urbana. Tiene como prioridad resolver problemas comunitarios y generar oportunidades para el desarrollo. ONU Hábitat acompaña de manera imparcial diferentes programas de instituciones mexicanas de reconstrucción urbana y vivienda. La cooperación con el organismo es clave para coordinar los esfuerzos del proyecto del Tren Maya, donde se busca optimizar los nuevos 15 asentamientos humanos que surgirán alrededor de las estaciones del tren, permitiendo que este programa de desarrollo urbano potencie la creación de oportunidades. Las políticas públicas requieren de mediciones exhaustivas para extender los robustos corredores de prosperidad que México posee en el centro y norte del país hacia la región del sureste y Centroamérica.
A la Asamblea asistieron más de 4 mil personas, entre ellas 4 Jefes de Estado, 47 Ministros y 67 alcaldes. Durante los siguientes cuatro años tendremos oportunidad de aprender de las experiencias de cientos de ciudades que enfrentan los mismos retos que las ciudades mexicanas, compartir nuestras mejores prácticas y desarrollar plataformas de inteligencia colectiva que nos permitan encontrar las respuestas a múltiples desafíos urbanos en materias como la gobernanza, la gestión del agua, el manejo de los residuos, la seguridad pública, la recuperación de los espacios públicos, la calidad del aire, la eficiencia energética, la vivienda, la movilidad o la migración. Esta posición permitirá a México enriquecerse con la sólida experiencia nacional y el conocimiento de las mejores prácticas internacionales, y conocer las soluciones más innovadoras para los retos urbanos de nuestro país.