Es imprescindible que la niñez y los adolescentes crezcan en entornos de respeto, paz y armonía. Por Martha Delgado
30/04/2019 La Silla Rota
El Día de la niñez se conmemora desde 1954, cuando la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) invitó a los países a establecer un día dedicado a la niñez. En México, el Secretario de Educación Pública, José Vasconcelos Calderón, instituyó en 1924 el 30 de abril como el Día Nacional de la niñez, y pidió a todas las instituciones a fomentar la fraternidad y la comprensión entre esta población, así como a desarrollar actividades para la promoción de su bienestar y de sus derechos.
Las niñas, niños y adolescentes son agentes de cambio. Sus derechos, incluyendo la protección contra toda forma de perjuicio o abuso físico o mental, descuido o trato negligente, malos tratos o explotación, tienen que ser salvaguardados y promovidos en todas partes del mundo.
En México, la Encuesta Intercensal 2015 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) muestra que la proporción de niñas, niños y adolescentes ha disminuido, a la vez que ha crecido la de personas adultas y personas mayores. De los más de 119 millones de habitantes del país, 32.8% tienen menos de 18 años.
Por esto, en la celebración del Día Nacional de la niñez debemos reflexionar sobre los desafíos pendientes y las condiciones existentes para garantizar el pleno acceso a los derechos de los casi 40 millones de niñas, niños y adolescentes del país, quienes viven realidades diversas.
Es innegable que durante la últimas tres décadas en México y el mundo, a partir de la adopción de la Convención sobre los Derechos del Niño por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas, se han producido grandes y acelerados avances en las condiciones de vida de las niñas, niños y adolescentes.
Algunos de estos avances son la entrada en vigor de la Ley General de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes (LGDNNA) en diciembre de 2014 y la creación del Sistema Integral de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes (SIPINNA), mecanismo dirigido a coordinar la acción pública del gobierno para mejorar las condiciones de vida de la infancia.
Desde la política exterior multilateral buscamos ser parte de varias iniciativas a nivel internacional, encaminadas a poner fin a la violencia contra la niñez y a visibilizarlos como personas de derechos y agentes de cambio.
En este sentido, destaca el papel de liderazgo desempeñado por México como país guía en la Alianza Global para Poner Fin a la Violencia contra la Niñez, así como la participación de nuestro país en la Alianza Global WePROTECT para eliminar la explotación sexual infantil en línea.
Pero eso no ha sido suficiente, la infancia mexicana sigue estando violentada y agredida en diferentes niveles y ámbitos. Ante estas realidades, México ha creado ciertas herramientas, sistemas, grupos de protección y seguimiento de la niñez que han logrado avances significativos en esta agenda.
Además de consolidar un marco de defensa multilateral del bienestar de las niñas, niños y adolescentes. México ha respondido decididamente a varias resoluciones de la Asamblea General de la ONU sobre la protección de la niñez contra el bullying, para evitar que sufran estigmatización, discriminación o exclusión.
Todas y todos desde nuestros distintos ámbitos de responsabilidad, tenemos la obligación de crear las condiciones propicias para que cada niña, niño y adolescente viva y se desarrolle en un ambiente adecuado que le permita realizarse plenamente.
Un imperativo para lograrlo es conseguir un país libre de violencia. Es imprescindible que la niñez y los adolescentes crezcan en entornos de respeto, paz y armonía. Con ello tendremos una mejor sociedad, donde en el futuro sean las y los mexicanos responsables, solidarios y comprometidos con el medio ambiente, la seguridad, la felicidad y con una alta calidad de vida.