Por Martha Delgado
25/03/2019 La Silla Rota
El agua es, sin duda, el recurso más importante para la vida. En el mundo hay mil 386 millones de litros de agua, pero sólo menos del 1% es apto para el consumo humano. En México, la cobertura nacional de agua potable es de 91.6%, y si hablamos del acceso al agua en la Ciudad de México, ésta se abastece de dos fuentes principales: aguas subterráneas, y el sistema Cutzamala.
Desde 2010, las Naciones Unidas reconocieron el derecho al agua potable limpia y segura y al saneamiento como un derecho humano que es esencial para el pleno disfrute de la vida y todos los derechos humanos. Garantizar los derechos humanos es ayudar a la ciudadanía a conseguir un estado mínimo de bienestar para que puedan desempeñar su vida cotidiana.
Derecho al agua
En el gobierno de México estamos trabajando para conseguir que todos tengan la oportunidad de autorrealizarse y mejorar sus condiciones de vida. Trabajamos alineados a las metas del Objetivo 6 de Desarrollo Sostenible (ODS 6), que consiste en garantizar la disponibilidad y la gestión sostenible del agua y el saneamiento para todos, de aquí a 2030.
En ese sentido, el derecho al agua como un derecho universal y al que todos deberían tener acceso, prevé también el agua segura, que se refiere al servicio ideal del recurso accesible para las personas; es decir, administrado de manera segura, accesible, disponible cuando sea necesario y libre de contaminación. Sin embargo, eso no siempre es una realidad.
La ONU usa el lema “No dejar a nadie atrás” para la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y buscamos cumplirlo. No queremos que nadie se quede atrás en el acceso a este recurso. Deseamos que todos cuenten con agua para el desarrollo cotidiano de sus actividades.
Los habitantes de zonas rurales invierten más de 8 horas diarias para transportar agua desde pozos, ríos, lagos, lagunas o manantiales; la mayoría son mujeres. En las zonas urbanas, también son las mujeres quienes buscan la manera de solicitar pipas o pedir garrafones de agua cuando ya no hay en casa. Las mujeres al administrar este recurso buscan la manera de evitar su desperdicio, situación que sirve para detener el estrés hídrico que existe en México y el mundo.
En los últimos años, la escasez global del agua ha empeorado conforme la rapidez de la sobreexplotación de los acuíferos aumenta. En México, es la Ciudad de México la que tiene mayor estrés hídrico. Por lo que, el actual gobierno capitalino ha colocado la gestión del agua como una de sus prioridades.
No dejar a nadie atrás
A nivel internacional existen muchas iniciativas para cuidar este recurso. Por ejemplo, el caso de científicos de la Universidad de Stanford que crearon combustible de hidrógeno a partir de agua de mar y energía solar. En el caso del nuevo gobierno de México, la prestigiada Directora de la Comisión Nacional del Agua, la doctora Blanca Jiménez (la primera mujer en dirigir el organismo), ha descrito tres retos para la gestión del agua en México: reconocer el valor de la administración del agua, proporcionar agua suficiente en cantidad y calidad para que existan los servicios, y prevenir emergencias hidrometeorológicas o por inundaciones y sequías. También en México, la UNAM lidera el Programa de Manejo, Uso y Reúso del Agua, donde se han creado redes y alianzas con la sociedad civil para el cuidado del agua.
La situación actual del agua requiere un esfuerzo amplio que involucre a todos los sectores y niveles de la sociedad en una gestión más equitativa y transparente del recurso para que nadie se quede atrás. Desde el espacio multilateral contribuiremos para cumplir estas metas y traer a nuestro país los beneficios de la cooperación internacional y el cambio tecnológico.