¿Por qué ajustar las tarifas del agua en el DF? Parte II
(Publicado en el periódico Reforma, Sección Ciudad, 12 de marzo de 2006)
El ajuste o reestructuración de las tarifas del agua representa la posibilidad de hacer frente al desafío de garantizar el derecho humano al agua y para revertir la insuficiencia de inversión en la infraestructura hidráulica.
Un millón 800 mil personas no tienen garantizado el acceso a aguas de calidad y suficientes en el DF; hay familias que se abastecen por medio de pipas pagando 15 pesos por metro cúbico aún cuando tienen que acarrearlo, o que sobreviven con agua embotellada, la cual tiene un costo de hasta 10 mil pesos el metro cúbico.
La Comisión Especial del Agua de la ALDF ha desarrollado una propuesta de reestructuración de las tarifas de agua con justicia y equidad, planteando una tarifa lineal progresiva en la cual se transparenta el cobro, y se propone ir eliminando gradualmente los subsidios a tomas de uso doméstico cuyos usuarios tienen servicio de alta calidad los 365 días del año y habitan en colonias con altos niveles de ingreso, así como dirigir los subsidios y disminuir los cobros a zonas que no tienen acceso a la red, reciben el agua por tandeo o es de dudosa calidad.
Para ello es necesario un estudio de zonificación que detemine las tarifas que corresponderían a cada tipo de toma. Desafortunadamente en la ALDF no se han aprobado desde noviembre los recursos para éste último esfuerzo (250 mil pesos) cuando los gastos por otros conceptos no prioritarios o superfluos son de millones.
La reestructuración de tarifas tendría que ser una prioridad: el Sistema de Aguas tiene un cartera vencida que supera los 3 mil millones de pesos anuales; la eficiencia recaudatoria es de apenas el 50% y las fugas alcanzan el 37%. El agua que se ahorraría sustituyendo las redes ayudaría a que las presiones alcancen para otorgar el servicio a Iztapalapa o Gustavo A. Madero. Esto sólo se puede lograr mediante modificaciones legales y tarifarias.
La propuesta también ayudaría a fortalecer la gestión pública del agua, con la convicción de que la responsabilidad de garantizar el acceso de los ciudadanos al agua es del Estado, y de que la privatización de los servicios no es el único camino para financiar, modernizar y hacer eficientes las instituciones.
Esto parece soslayarse por algunos legisladores, paradójicamente del PRD, que se oponen a estudiar siquiera la manera de reestructurar las tarifas para imprimir en el esquema mayor justicia y equidad. Es probable que electoralmente reditúe más estar condonando los pagos de agua a las colonias que no han tenido un servicio adecuado, porque cada año los vecinos de Gustavo A. Madero o Iztapalapa tienen que ir a suplicar a los diputados sus favores. Sin embargo, resolver el problema de fondo no se logra con condonaciones. Claro, al darle agua a las poblaciones que lo necesitan también se terminan las clientelas ¿será esto lo políticamente incorrecto?