Tras los últimos dos años de recuperación y reconstrucción por diversas crisis globales como la del COVID-19, el estancamiento económico, el cambio climático, y los conflictos bélicos, hemos llegado al consenso, que hoy, la urbanización significa una gran tendencia para transitar con éxito el siglo XXI.
Este momento trae consigo la oportunidad de repensar y construir de una manera diferente nuestras ciudades. Sus habitantes son la variable dependiente para que esto suceda, de una manera sistémica, planificada y orientada a la producción de ecosistemas basados en elementos equitativos, ecológicos y fundamentados en el conocimiento. La vertiginosa velocidad del ritmo de urbanización hace de esto una prioridad que necesita abordarse desde la cooperación multisectorial para responder a los retos urbanos en las diferentes partes del mundo.
Ante esto, el futuro de las ciudades tiene la posibilidad de brindar una vida digna y próspera para nuestras poblaciones, en especial para sus sectores más vulnerables, por lo que en el centro de los esfuerzos colectivos debe construirse un sentido de resiliencia económica, social, tecnológica y ambiental a través del fortalecimiento de los diversos marcos de gobernanza, esquemas de cooperación multilateral e inversiones verdes.
La visión de un futuro urbano sostenible y equitativo estará garantizado en tanto las ciudades y los gobiernos subnacionales emprendan acciones sólidas y decisivas para abordar los retos urbanos existentes y emergentes. De igual modo, la urgencia por nuevas maneras de acercarnos al cambio transformador en las ciudades, deberán de traducirse en el aprovechamiento de los beneficios de la transformación digital para poder atender los retos y desafíos locales, construyendo soluciones basadas en datos y aprovechando la capacidad y talento de los diversos actores urbanos para una mejora ecosistémica.
Desde la cancillería, hemos asumido y emprendido la responsabilidad de consolidar una política pública urbana con visión global y de aplicación local, a través del proyecto denominado Interconectando Ciudades Inteligentes, el cual, prioriza la implementación de la Nueva Agenda Urbana para el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible impulsando los Laboratorios Urbanos en los diversos territorios del país, con los seis ejes que lo conforman y que permite desarrollar programas como Gob4U (Un gobierno para ti). Con esto buscamos mejorar las necesidades de conectividad digital, enseñando a los ciudadanos de cada territorio habilidades del internet de las cosas, la alfabetización digital, la mejora de la inclusión financiera y el fortalecer la cooperación digital, además de proveer las ventajas que facilita la construcción de gobiernos abiertos e inteligentes.
En una visión integral, podemos enfocar nuestros esfuerzos en implementar el Centro de Investigación de las Ciudades Inteligentes (CICI), para consolidar los trabajos de la Cancillería, en materia de desarrollo urbano y humano; y Big Data en conjunto con el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), para la construcción de laboratorios urbanos certificados y producir las primeras Ciudades Inteligentes y Sostenibles en México.
Dentro de este marco de política urbana, para este 2023 una de las acciones a implementar desde la Subsecretaría para Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos, es la construcción de la Asociación de Naciones de América (AAN, por sus siglas en inglés) y con ella crear la Red de Ciudades Inteligentes de la AAN para catalizar la cooperación en soluciones tecnológicas e innovadores en el Continente Americano.
Esta red pondría al centro de la agenda urbana de la región, el papel tan relevante que tienen las ciudades como lugares aptos para la innovación, donde la concentración de personas y organizaciones en un espacio denso crea las condiciones para el intercambio dinámico de recursos e incentiva la creación de redes y la colaboración. En ese sentido, la innovación urbana trascenderá lo tecnológico, abarcando aspectos sociales e institucionales esenciales, además de tomar en cuenta un enfoque localizado y específico del contexto que vive la ciudad.
Hay que tomar en cuenta que para este 2023, el desarrollo tecnológico se relacionará con avances sin precedentes en el mundo digital. Por ejemplo, la digitalización engloba diversas tecnologías inteligentes; innovaciones que permiten la computación ubicua, el big data, la recolección del despliegue generalizado de sensores y dispositivos, el análisis de datos a gran escala, el aprendizaje automático y la toma de decisiones autónoma. Estas tecnologías conectadas y digitales encuentran cabida en la expresión de “ciudad sostenible”, con la que trabajamos en el proyecto Interconectando Ciudades Inteligentes, haciendo de esta, una realidad cada vez más palpable.
Finalmente, cabe mencionar que en América, las ciudades más grandes se concentran en México, Brasil y Estados Unidos, con esa idea en mente, tomamos la decisión de ser el único país en Latinoamérica que emprendió una Consulta Nacional Urbana, encabezada por el canciller Marcelo Ebrard. Con esto se recabaron las opiniones de la ciudadanía en diversos temas relacionados con las ciudades y el bienestar general, con dos propósitos específicos.
El primero de ellos, proporcionar esta valiosa información a los municipios para un posible trabajo conjunto con ONU-Hábitat en torno a las mejoras de la ciudad, y segundo, la información fue presentada en el marco del World Urban Forum 11 que se llevó a cabo en junio de 2022 en Katowice, Polonia, para que el mundo pudiera conocer lo que México está desarrollando a través de la Inteligencia Artificial y el uso de la tecnología.
El trabajo que realizamos en torno a la implementación de la Nueva Agenda Urbana y en el marco de la Presidencia de la Asamblea General de ONU-Hábitat, nos dota de un contexto del cual se detonan diferentes proyectos para interconectar a la ciudad con las mejores prácticas y casos de éxito a fin de construir un futuro urbano más sostenible y resiliente, sin dejar a nadie atrás.
Dicho lo anterior, este año seguiremos adentrándonos en la creación de modelos y metodologías para comenzar a enseñar cómo co-crear la ciudad, enfocándolas como ya se mencionó, desde la óptica del conocimiento y con el enfoque del desarrollo territorial. Es menester involucrar de manera más precisa a entidades internacionales como lo es la ONU y a sus programas subsidiarios específicamente a ONU-Hábitat y el PNUD.