Trabajo legislativo / Pronunciamientos

Primer periodo de sesiones ordinarias. Segundo año de ejercicio

LA C. DIPUTADA MARTHA TERESA DELGADO PERALTA.- Con su venia, señor Presidente.

Compañeros y compañeras diputados y diputadas; amigos que nos acompañan hoy:

Sin duda el 19 de septiembre siempre representa un recuerdo doloroso para los ciudadanos del Distrito Federal. En la Sesión Solemne del pasado 15 de septiembre expresábamos aquel sentido de identidad de los mexicanos que se fue arraigando a lo largo de nuestra historia y hoy podemos expresar que el sentido de solidaridad que nació aquel 19 de septiembre de 1985 nació en la conciencia de una comunidad que en ese momento sintió que verdaderamente se debía a esta comunidad, cuando una multitud de voluntarios y aún el apoyo internacional tuvo como finalidad aliviar la desgracia de quienes sufrían tan lamentables momentos.

Es tiempo para que en el desempeño de nuestra labor como legisladores trabajemos haciendo leyes en materia de protección civil que tiendan a proteger y a beneficiar a la población más vulnerable. Debemos asumir esta responsabilidad y fomentar la cultura de prevención que nos corresponde pues es necesario reconocer que el riesgo o los riesgos a los que estamos sujetos no podemos cegarnos y esperar los acontecimientos provocados por la naturaleza tan sólo como hechos aislados, debemos enfrentarlos como peligros latentes para todos y para ello existen muchas técnicas y prácticas que se han desarrollado en nuestro país y en otros lados del mundo, así como experiencias que nos pueden ayudar a prevenir y a reducir la gravedad y el impacto de los desastres.

Compañeros legisladores: Los peligros y las situaciones de emergencia obedecen a veces a condiciones naturales, pero la conducta humana puede ser modificada y por ello debemos sensibilizar a la población sobre los riesgos que representan los peligros naturales mediante un compromiso firme de las autoridades de reducir estos riesgos con acciones tales como el impedimento de los asentamientos humanos irregulares, acabar con estos rezagos que tenemos en infraestructura diferenciales que se presentan en la capital, la falta de mantenimiento de las obras públicas y la invasión a suelos de conservación ecológica.

También puede lograrse un gran apoyo con la participación de la sociedad civil, organizada o no, en todos estos niveles, creando comunidades capaces de resistir a los desastres mediante acciones solidarias. Por ello la importancia de impulsar todas las acciones y medidas preventivas necesarias para resguardar la estabilidad de la ciudad mejorando nuestra legislación en materia de protección civil, mejorando la tecnología en esta materia, impulsando el mejoramiento en la capacidad técnica y profesional de quienes dedican su tiempo y su voluntad a esta materia.

El objetivo es, sin más, proteger la integridad física de todos los ciudadanos y su patrimonio, estando a tiempo aún de mejorar esa cultura de autoprotección y de crear un sistema de coordinación en materia de protección civil que permita enfrentar las consecuencias de los desastres antes y después de ocurridos, no solamente en los momentos de enorme confusión; aplicar políticas de reducción y prevención de tal vulnerabilidad y debemos, desde nuestro ámbito de competencia, mejorar los sistemas de información, mejorar la cultura de protección civil, interactuar con organizaciones, todo para el beneficio de la población; obviamente asignar los presupuestos para tales fines y estar preparados para reducir las pérdidas sociales y económicas que dejan consigo acontecimientos tales como los ocurridos aquel 19 de septiembre de 1985.

Hasta aquí los lugares comunes, compañeros y compañeras diputadas y diputados.

Hay tres cosas adicionales que me inquietan a 19 años de la tragedia.

Primero, el saber si la fuerza de la sociedad civil solamente se reconoce y se toma en cuenta cuando se nos cimbra el suelo a 8.1 ó a 7.6 grados Richter, si solamente en esos momentos la sociedad es capaz de salir y solidarizarse con los demás, saber si solamente en esos momentos en donde los gobernantes se quedan estupefactos y no saben cómo responder a sus ciudadanos, puede la sociedad civil tener una influencia, o si podríamos también cuando no tiembla, pedir la opinión de los ciudadanos, llamarlos a participar, tomar en cuenta sus puntos de vista y considerar sus necesidades y sus peticiones.

Otra cosa que me inquieta es saber si hemos aprendido algo y si ya terminamos con aquellas corrupciones que nos dejaron ver construcciones endebles, presupuestos no aplicados y edificios que se cayeron por la negligencia de autoridades que nunca supieron exigir lo que las normas determinaban. Creo que en este sentido tampoco metería mi mano al fuego.

Finalmente también quisiera saber si a 19 años de los sismos, las condiciones de las mujeres que trabajan en las maquiladoras, aquellas costureras que nos dejaron expuesta la circunstancia de enorme injusticia y abandono en que las mujeres trabajaban aquella mañana, a las 7:00 de la mañana, en aquel edificio que las dejó sepultadas. Creo que Ciudad Juárez es una muestra de que no hemos tampoco aprendido de cómo se tiene que tratar a las mujeres trabajadoras.

Después de estas tres inquietudes, que no sé si quedarán resueltas y si en el vigésimo aniversario de estos sismos seguiré apuntando, quisiera decir que esta Asamblea Legislativa tuvo a bien convocar a un concurso para la elaboración de un himno dedicado a quienes murieron aquel 19 de septiembre.

Felicitamos a quienes participaron y tomamos como ejemplo a la ganadora Alejandra Odgers Ortiz, quien con su obra “Icnocuícatl”, Cantos Tristes, plasma el sentimiento y unión nacidos en nuestra sociedad a partir de este lamentable suceso. Sirva de ejemplo su obra y de aliento para mejorar en materia de prevención y de protección civil, y me permito felicitar la labor que viene realizando el diputado Rodolfo Francisco Covarrubias, al frente de la Comisión de protección Civil, de la cual me honro en ser integrante. La prevención empieza con la información.

Muchas gracias a todos.