Trabajo legislativo / Intervenciones en comparecencias

Primer periodo ordinario de sesiones. Segundo año de ejercicio

Posicionamiento de la Diputada Martha Delgado Peralta Comparecencia del Secretario de Seguridad Pública, Ing. Joel Ortega Cuevas  

19 DE abril de 2005

Señor Secretario de Seguridad Pública, hay situaciones que difícilmente se ven reflejadas en los informes que la dependencia a su cargo entrega a esta Asamblea Legislativa. Hechos que atentan contra la libertad y vulneran la calidad de vida de las personas, y que no forman parte de las estadísticas. Me refiero a la tranquilidad que es robada a los ciudadanos.

Todos los días, sistemáticamente, somos víctimas de este delito que no está tipificado como tal, y que sin embargo es el que más permea a la sociedad; es el que más vulnera nuestra libertad y tiene efectos directos sobre nuestra vida cotidiana. Tener miedo a ver cuándo nos toca, vivir permanentemente en cautela.

Los esfuerzos que se han hecho para regresar la seguridad a nuestras calles y para disminuir los índices delictivos, deben reconocerse, pero la realidad es que en los ciudadanos permanece el velo de la inseguridad y por tanto el de la intranquilidad, el miedo de apropiarse de nuevo de las calles y de la convivencia comunitaria.

Para los ciudadanos no es suficiente escuchar que los delitos que más afectan a la comunidad, como el robo a transeúntes, disminuyeron, algunos con cifras históricas, según nos reporta. El clima que la gente percibe y en algunos casos ve por los medios de comunicación, es distinto.

Baste recordar los lamentables hechos ocurridos el 23 de noviembre del año pasado en la delegación Tláhuac, de los que aún nos preguntamos ¿cómo pudo ocurrir algo así, en qué fallamos como sociedad y por supuesto por qué fallaron nuestros cuerpos de seguridad?

Señor Secretario, ante situaciones como la de San Juan Ixtayopan los ciudadanos esperan respuestas concretas. No podemos eludir la responsabilidad de informar y dar a conocer a cabalidad lo que dio origen a estos hechos. Es peligroso dejar que sean sólo los medios de comunicación quienes den las respuestas que la sociedad espera. No es con imágenes y valoraciones como se forman espacios de garantías para los ciudadanos.

Son las respuestas firmes y concretas de la autoridad las que requerimos como sociedad. Las respuestas de una institución fortalecida, confiable, responsable. Por eso lamento mucho que en su informe no dedique ni una sola línea a San Juan Ixtayopan. Ilícitos, complicidades u omisiones de esta magnitud no pueden quedar impunes.

Este reclamo no sólo incluye a la Secretaría que usted encabeza, sino a todas las policías, locales y federales, pues mientras cada una se sienta del lado de su bando, los ciudadanos seguiremos esperando un frente común contra la delincuencia.

Mientras los habitantes del Distrito Federal demandamos seguridad y mejor calidad de vida, las disputas entre dependencias impiden un trabajo efectivo.

La politización de los temas de seguridad pública ha significado el tener una policía con capacidad de iniciativa acotada.

Es necesario que la Secretaría de Seguridad Pública trabaje de fondo en proyectos que brinden un panorama real del comportamiento de la delincuencia en la ciudad. Urgen programas que de manera científica ayuden a los cuerpos de policía a ir un paso adelante de la delincuencia organizada.

Pero al mismo tiempo se requiere un trabajo conjunto con otras dependencias, como la Secretaría de Desarrollo Social, para explorar y analizar otras causas de la delincuencia, la que no es organizada y que es originada por la pobreza, el desempleo, la marginación, la injusticia social, la falta de educación, la falta de oportunidades e incluso situaciones familiares y culturales que los propician.

Es necesario que las políticas públicas se retroalimenten y coordinadamente las dependencias competentes inicien proyectos que ofrezcan alternativas de vida para quienes encuentran en lo ilícito una forma de subsistencia.

Si bien no es justificable la comisión de un acto que perjudica a otra persona, no debemos cerrarnos a la realidad de pobreza y falta de oportunidades que vive el grueso de la población. Por ello se hace prioritaria la atención de estos sectores.

En este aspecto también se debe abordar el tema de las condiciones laborales y de vida de nuestros policías. Aunque se han hecho esfuerzos para mejorar salarios y otorgar incentivos, es indispensable que tanto legisladores como autoridades del gobierno sigamos trabajando en este tema.

La importancia de mejorar la calidad de vida de nuestros policías significa la oportunidad de cerrar una puerta a la corrupción y el tener una policía que con honradez, eficiencia y profesionalismo asuma el reto de brindar seguridad a todos los que habitamos esta gran ciudad.

Por eso aplaudo la iniciativa que se dio a conocer hace algunos días, para dotar de vivienda a los elementos de la Secretaría de Seguridad Pública. Es muy importante que esta propuesta se consolide, por lo que estaremos atentos a este proceso.

No hay que perder de vista que todos los días, bajo condiciones desfavorables nuestros cuerpos de policía son quienes arriesgan no solamente su integridad física, sino las más de las veces su integridad moral, pues cotidianamente son ofendidos verbalmente por los propios ciudadanos.

Desafortunadamente se ha consolidado un juego perverso en donde los ciudadanos desconfían de los policías, pero al mismo tiempo ven la presencia de un mayor número de elementos como única opción para combatir la inseguridad.

Los policías se merecen un mejor trato y es responsabilidad de todos fortalecer una cultura de respeto hacia esta autoridad tan importante de nuestra ciudad.

Quienes vivimos y transitamos en el Distrito Federal, agradecemos a todos los que trabajan por devolver a nuestras calles su vocación pública, para que el disfrute de las calles sea generalizado en toda la sociedad.

En el momento en que la gente se sienta segura en las calles, éstas se convierten en puntos de encuentro para la convivencia, el esparcimiento y el encuentro de ideas.

Aunque en nuestra ciudad poco se ha relacionado el tema del espacio público con la seguridad, en experiencias de otros países como Colombia, en concreto en la ciudad de Bogotá, el rescate del espacio público incidió de manera positiva en la reducción de sus índices delictivos hasta en un 17%.

La sola presencia de los ciudadanos en las calles de Bogotá, junto con proyectos de reingeniería urbana que se impulsaron para la creación de espacios públicos no sólo sirvieron para conseguir un equilibro urbano, sino para mejorar las condiciones de vida de la población.

La concepción del espacio público como pilar de civilidad conlleva intrínsecamente un contenido democrático en la idea de ciudad y debería ser un elemento crucial a destacar en todas las propuestas urbanas, de medio ambiente, de transporte y como un coadyuvante en las políticas de seguridad pública.

Es decir, el uso de los espacios públicos sirve para construir identidades colectivas y promueven un paradigma de espacios democráticos, primero por ser abiertos, no excluyentes y apropiables por todos y segundo por construir nuevas formas de relaciones sociales, críticas, armoniosas, constructivas, entre diferentes clases sociales y diferentes tipos de personas. Es así como los espacios públicos, en sí mismos, crean ciudadanía y civilidad y en consecuencia a la ciudad misma.

Repensar la ciudad desde sus espacios públicos, imponerlos como principio de lo colectivo y recuperar la confianza ciudadana para apropiarse de la ciudad, es una manera de crear ciudades más humanas dándole prioridad y dignificando la vida de las personas.

Por ahora lo que encontramos en las calles del Distrito Federal son espacios públicos invadidos, desordenados y convertidos en puntos para la venta de objetos robados, mercancía pirata o mercancía que es introducida al país de manera ilegal, además de ser idóneos para las conductas delictivas.

Ingeniero Joel Ortega, como lo he hecho con otros funcionarios que han asistido a esta Asamblea, quiero invitarlo a conocer propuestas alternativas y viables, que pueden ser la punta de lanza para ordenar el desarrollo de nuestra ciudad en todos los ámbitos. La ciudad requiere de la integralidad de las políticas públicas, de instrumentos eficientes y de coordinación. Mucho tiene que ver la seguridad pública con el medio ambiente, con el desarrollo urbano, con la política social y económica. Ojala podamos encontrar puntos de coincidencia en este trabajo.  

Finalmente quiero hacer un reconocimiento a todos los elementos de la Secretaría de Seguridad Pública por el esfuerzo diario que realizan en las calles para brindarnos seguridad. Los diputados que integramos esta legislatura, seguiremos trabajando para mejorar sus condiciones laborales.

Muchas gracias.

 

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