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Trabajo legislativo / Intervenciones en comparecencias Primer periodo ordinario de sesiones. Tercer año de ejercicio POSICIONAMIENTO DE LA DIPUTADA MARTHA DELGADO DURANTE LA COMPARECENCIA DE LA SECRETARIA DEL MEDIO AMBIENTE, DRA. CLAUDIA SHEINBAUM PARDO Doctora Claudia Sheinbaum, sea usted bienvenida a la Asamblea Legislativa del Distrito Federal; invitados que nos acompañan; compañeras diputadas y compañeros diputados: De antemano agradecemos el informe de labores de su quinto año al frente de la Secretaría del Medio Ambiente, en donde se da cuenta del avance en algunos de los principales problemas ambientales de la ciudad y que tal y como bien mencionados en su contenido, pareciera que sin duda inciden de manera positiva en la reversión de esta problemática que a todos nos aqueja. Ayer leía un artículo publicado en el periódico Reforma de Denisse Dreser, en donde sin cortapisas critica las agendas de los funcionarios públicos, senadores, diputados, precandidatos, cuyas posturas públicas están reñidas en realidad con el interés público, donde habla además del daño que le hacen al país, los discursos que están vacíos de cualquier contenido o de sustancia o aquellos desvinculados de cualquier relación con la verdad o que sólo refieren a un pedazo de la realidad. Sin duda alguna muchas de estas reflexiones pueden aplicar al tema ambiental a nivel federal y a nivel local en nuestro país, en donde mensajes, discursos, informes y acciones de las autoridades competentes dan cuenta de la preocupación por atender la grave problemática ambiental que vive la ciudad, pero también es notable la preocupación por querer tapar la realidad ambiental que vive el país en su conjunto y específicamente nuestra ciudad. Doctora Sheinbaum: Esta es la tercera vez que comparece ante esta Legislatura. Como en ocasiones anteriores, quiero reiterarle que la ciudad arriba lentamente a una crisis ambiental que se apoya en la baja jerarquía que tiene el tema no solamente en la agenda pública, sino en la propia agenda de la Secretaría que usted encabeza. A 5 años de gestión no ha sido posible todavía adivinar hacia dónde se dirige la política ambiental en la ciudad de México, sin embargo le diría que estos 5 años, y es de reconocerse, ha habido algunos esfuerzos interesantes, cosas distintas a los gobiernos anteriores; pero en las áreas sustantivas que hemos podido atender, creemos que no hay ningún cambio de fondo innovador, un cambio comprometido con la protección del medio ambiente de la ciudad que se aleje de la vieja forma de abordar los problemas ambientales de aire, agua, suelo y que encuentre en la planeación y en la ejecución de políticas públicas que incorporen al desarrollo urbano, a la vivienda, el transporte, a las vialidades, a las obras públicas un dimensionamiento ambiental no periférico sino preponderante que constituye el eje de la viabilidad urbana de la ciudad de México. La política ambiental está sometida a toda clase de presiones, a toda clase de prioridades distintas, intereses económicos, intereses fácticos y mafiosos. Aquí tuve la tentación de hacer un recuento de todos los focos rojos en materia ambiental: El agua es cada vez menos y de menor calidad, el suelo de conservación también es cada vez menos, los residuos son cada vez más, la calidad del aire es mejor, pero su condición es insostenible y creo que en cada tema podríamos cotejar cifras, discutir políticas, discutir acciones, datos, inversiones, pero lo que falta de fondo es un compromiso profundo del Gobierno de la Ciudad con esta causa porque eso requiere que se gobierne para el futuro, pero para el futuro de la ciudad, no para el futuro de los personajes que gobiernan. Al fin y al cabo ya verán qué hacen los que vengan con el acuífero sobreexplotado o qué hacen los que vengan con el bordo o con los residuos, con el suelo de conservación invadido, ya prometido, ya pagado y con los carros a vuelta de rueda por toda la ciudad. En 5 años el Gobierno del Distrito Federal, con la colaboración de la Secretaría del Medio Ambiente, no logró definir un modelo de ciudad en donde las políticas públicas respondan con racionalidad y eficiencia tanto a lo trascendente como en lo inmediato en los problemas ambientales de desarrollo urbano y de transporte, temas que ineludiblemente tuvieron que haber sido observados y tratados en su conjunto. Por ejemplo, el suelo de conservación se sigue invadiendo y aunque existen leyes para su protección y acciones de la autoridad, existen, en sustancia el asunto sigue creciendo de la mano de líderes respaldados por siglas partidistas, por la complicidad de las autoridades y junto con ello nuestras barrancas, nuestras chinampas y las áreas de valor ambiental importantes de al ciudad siguen en la mira de los desarrolladores inmobiliarios. Los ejemplos sobran y hoy es gracias a la acción ciudadana, que cada día se hace más visible su oposición a la arbitrariedad y a la tolerancia de la autoridad y que salen a la luz pública las denuncias de autorizaciones que involucran a varios órdenes de gobierno para, por ejemplo, construir clubes hípicos en zonas ambientalmente protegidas o universidades como el caso de la UAM que pretendía edificarse en área de valor ambiental como el caso de Contadero en Cuajimalpa. Todos esos espacios sistemáticamente y otros muchos más son invadidos, mutilados, son destruidos y son los que en los hechos deberían ser la parte toral de la política de protección al medio ambiente de nuestra ciudad. Esto, la verdad, parece ya una letanía, pero los problemas persisten y se agudizan y por eso no puede dejarse de mencionar. Por otro lado, la evidente necesidad de transporte público y de recuperación de espacios para los peatones ha sido soslayada por la Secretaría del Medio Ambiente, se ha respondido a esta necesidad con obras viales que han sido avaladas por la propia Secretaría del Medio Ambiente con el argumento de que eso reduce la emisión de contaminantes, lo cual es apropiado, pero también podría aprovecharse para hacer política ambiental de manera integral. Es el someter a la ciudad a estos permanentes procesos de cambio en su espacio urbano en donde observamos que no se han logrado revertir las tendencias negativas del crecimiento expansivo hacia las zonas con valor ambiental, es en donde nuevamente detectamos que no existe una visión entre lo público, lo ambiental, lo urbano que garantice una continuidad y homogeneidad en el diseño y planeación del crecimiento de la ciudad. Como lo escribió atinadamente en su entrevista en el periódico Reforma el geógrafo catalán Jordi Borja, dijo “que la ciudad es espacio público”, y cuando no es espacio público, estamos en una ciudad que disminuiría su calidad y por supuesto también está disminuida en su ciudadanía. El espacio público también es el lugar donde se expresa la convivencia y es el lugar en donde se construye la tolerancia. Por eso es preciso recordar que si hay pobreza en el espacio público, también hay pobreza en la ciudad. Esto ocurre en la Ciudad de México, por eso los que están preocupados por “los pobres primero”, no deben soslayar las políticas ambientales y no deben de sacarlas de sus agendas. En el tema Metrobús, creo que la polémica rodeó al proyecto, que es muy importante para la Ciudad de México y sin duda alguna representa una solución idónea para la movilidad de los habitantes de la ciudad. Paradójicamente algunos de los más graves problemas que tuvo el desarrollo de la primera línea que estuvo además encargada a la Secretaría del Medio Ambiente, fueron temas de corte ambiental como la tala de árboles en la Avenida de los Insurgentes. En este tema lo más delicado hoy queda de manifiesto. El Gobierno del Distrito Federal no cuenta con un plan estratégico sobre cómo se quiere ampliar el sistema de corredores confinados de transporte ni cómo se va a integrar este sistema al Metro, a las vialidades y en general a todo el tejido urbano de la ciudad. ¿Acaso vamos a ir planeando línea por línea? ¿Ahora cuál sigue? ¿Y en otros 4 meses cuál sigue? ¿En otros 5 meses cuál sigue? Con seriedad, el Sistema Metrobús debería de tener un estudio técnico profundo que nos ofreciera la visión a futuro que todos queremos de la Ciudad de México. Un plan de 5 ó 6 líneas integradas y con potencial intermodal. Con seriedad también el Sistema Metrobús tendría que recuperar los espacios públicos, integrar a sus circuitos ciclovías y estacionamientos para bicicletas, acceso pleno para discapacitados. Yo creo que todavía es tiempo de lograr un buen sistema si se toman en serio sus propios proyectos en la Ciudad de México. Como usted sabe, en otros países del mundo así se ha hecho con gran éxito. Doctora Claudia Sheinbaum sería reiterativo y tal vez ocioso enumerar los pendientes de la agenda ambiental de la ciudad y no todos son responsabilidad de la Secretaría del Medio Ambiente, porque el reto es amplísimo y es muy complejo. Al igual que usted, considero que para atender las diversas situaciones que la problemática ambiental nos plantea, se requiere de una política que pueda crear nuevos equilibrios entre el entorno urbano y los múltiples ecosistemas que propicien un ambiente sano y de calidad en la ciudad. Para terminar quisiera decirle que lo que más necesitamos es dedicarnos a convencer a los que vienen a gobernar a la ciudad en un año, a todos estos candidatos a diputados a la Asamblea, a Jefes de Gobierno, a Delegados, para que recuperen la jerarquía que tiene el tema ambiental en la Ciudad de México, la jerarquía con la que se empezó a trabajar el tema ambiental hace más de 10 años en nuestra Ciudad, esta jerarquía que se ha perdido en casi todos los órdenes de gobierno y que las nuevas autoridades saber que cargarán en sus hombros una pesada responsabilidad. Muchas gracias. |
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