Trabajo legislativo / Intervenciones en comparecencias

Primer periodo ordinario de sesiones. Segundo año de ejercicio

Posicionamiento de la Diputada Martha Delgado Peralta durante la comparecencia de la Secretaria del Medio Ambiente del Gobierno del Distrito Federal, doctora Claudia Sheinbaum Pardo

(28 de octubre de 2004)

Doctora Claudia Sheinbaum Pardo, sea usted bienvenida a este recinto legislativo.

Compañeras y compañeros, invitados e invitadas que nos acompañan:

La problemática ambiental de la Ciudad de México es una de las más graves del mundo, su densidad demográfica, el carácter endorreico de la cuenca en que se encuentra, la alta concentración de vehículos e industrias, y el hecho de que esté asentada sobre un terreno lacustre, el desorden con el que se ha presentado su desarrollo urbano y la acelerada pérdida de su cobertura vegetal y masa forestal, son solamente algunos factores característicos que hacen complejos no sólo los problemas que enfrentamos, sino también las soluciones.

Junto con la inseguridad y el desempleo, los problemas ambientales son sin duda los que más padece la población de nuestra ciudad capital, enfermedades respiratorias, cardiovasculares, hasta muertes, como lo ha anunciado recientemente el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias provocadas por la contaminación atmosférica.
Más de un millón y medio de personas sin servicio de agua potable y alcantarillado, además de una calidad del agua en el sistema que en varias zonas de la ciudad deja de ser potable ocasionando enfermedades gastrointestinales en los mejores casos.

La población está expuesta a niveles de ruido inaceptables en varias zonas de la ciudad y las áreas naturales y las áreas verdes se pierden a pasos acelerados y están cada vez más alejados de los ciudadanos más deterioradas cada día más pequeñas.
Los habitantes pierden todos los días espacios públicos de recreación que ceden ante el crecimiento desmedido de la urbanización.

Ante esta circunstancia la política ambiental de nuestra ciudad, tiene año con año menor prioridad, es una política ambiental que ha dejado de ser creativa, no hemos sido capaces de crear nuevos instrumentos, de perfeccionar los existentes y mucho menos de evaluar su efectividad y erradicar las prácticas de corrupción que quedan sin efecto sobre el mejoramiento de la calidad ambiental y de la calidad de vida de la población.

Los temas ambientales son usualmente referidos en los discursos en los que se enlistan acciones del gobierno, pero a la hora de decidir presupuestos, a la hora de decidir las prioridades de gestión, a la hora de defender los intereses ecológicos de la ciudad queda en último lugar de las jerarquías.

El único compromiso de campaña del Jefe de Gobierno respecto a la cuestión ambiental, fue la promesa de colocar a una persona conocedora de los temas ambientales al frente de la Secretaría de Medio Ambiente. Eso me parece afortunado ante la reciente tendencia de colocar en las carteras ambientales, más bien a personas con perfiles políticos.

Esta circunstancia en los orígenes de la gestión ambiental provocó que las políticas se consolidaran; actualmente estamos enfrentando una regresión en este aspecto.

Sin embargo, aunque se cumplió esta promesa, nombrando a su persona, doctora Claudia Sheinbaum, creo que el objetivo de sustraer la gestión ambiental del ámbito político, otorgándole fuerza para defender el interés ecológico de la ciudad, no se ha cumplido del todo.

Al parecer las capacidades se utilizan más que para revertir el deterioro ambiental en la ciudad para defender y para promover en algunas ocasiones proyectos que a todas luces y sin discusión ocasionan graves impactos ambientales en la ciudad, así como el deterioro de la calidad de vida de millones de personas. Es el caso en mi opinión de la construcción de los segundos pisos en Viaducto y Periférico que usted encabeza inexplicablemente defendiendo el uso del automóvil particular, en detrimento de lo único sensato en esta materia para esta ciudad, que es la ordenación y la promoción del transporte público eficiente.

Todo ello mientras el deterioro ambiental de la ciudad avanza sin que medie ninguna autoridad para detener este deterioro, el rescate del suelo de conservación, la gestión integral del agua o la implementación efectiva de una política seria para el reciclaje de los residuos siguen en el último lugar de las prioridades de la administración actual.

Es lamentable que hasta ahora no se haya logrado que los temas ambientales sean atendidos con la urgencia que se requiere para frenar el desorden ecológico con que la ciudad sigue creciendo.

Esto requiere un compromiso, no sólo con las personas sino con las causas; no hace falta solamente conocer los temas sino comprometerse con estos temas en primerísimo lugar.

Las tímidas políticas aplicadas por la Secretaría de Medio Ambiente no sólo han ayudado a frenar la degradación ambiental en la ciudad sino que en algunos casos, estos problemas presentan un preocupante crecimiento, es el caso de las invasiones al suelo de conservación que en los últimos seis años se han hecho una constante.

Se calcula que los asentamientos irregulares ocupan más de 3 mil hectáreas del suelo de conservación y cada año se suman a estas invasiones 500 hectáreas ante los ojos de las autoridades incompetentes, que no tienen tiempo para ocuparse de este asunto prioritario.

También en las delegaciones otro caso también queda en la evidencia de gobernantes que se hacen cómplices de esta situación y de los líderes que han hecho de la invasión un modus vivendi en la Ciudad de México.

Lo delicado de este tema debería obligar a las autoridades a dejar de lado las políticas tímidas que se han seguido para llevar a cabo los desalojos en estas zonas y que sólo han permitido la recuperación de apenas 84 hectáreas durante este año, según nos informe en su reporte de labores.

Me cuesta trabajo entender cómo no existe una política decidida para proteger los escurrimientos en el suelo de conservación. En los años anteriores en que usted ha comparecido ante esta Asamblea Legislativa le hemos cuestionado varias fracciones, su servidora, sobre la protección del suelo de conservación y su estricta vigilancia. La respuesta es que las facultades para regular y sancionar las conductas ilegales son responsabilidades de las delegaciones, a pesar de que estos órganos administrativos tienen un número excesivo de responsabilidades, muy pocos recursos físicos, técnicos y humanos para atenderlas.

Lamentablemente ante esta circunstancia no se incluyeron mayores provisiones y facultades para la Secretaría de Medio Ambiente en la iniciativa de reformas a la Ley Ambiental que propuso su partido en esta Asamblea en diciembre pasado.

En materia de transportes, residuos y agua se ha dejado de lado la coordinación metropolitana, solamente por el hecho de que los partidos políticos que deberían coordinarse son de distinto color. Los únicos paganos de la falta de coordinación que prevalece somos los ciudadanos actualmente y en el futuro la viabilidad del desarrollo sustentable de la zona metropolitana del Valle de México.

En materia hidráulica el problema es que para llegar a una gestión integral no se le considera precisamente una prioridad a los aspectos financieros. Ayer escuchaba en la comparecencia del Director del FIMEVIC que las obras viales se justifican por la ausencia de inversión de infraestructura de rodamiento en las últimas tres décadas, esto es cierto, ha ocurrido, pero lo mismo ha ocurrido con la ausencia de inversión en infraestructura hidráulica en las últimas tres décadas, pero como nadie ve esas inversiones, no tienen un rédito político, no se toman en consideración.

A pesar de que uno de los principales obstáculos para el autoabastecimiento hídrico es la contaminación y la degradación de la calidad del agua del acuífero, nos encontramos con políticas que tampoco tienen mucha efectividad. Más que inyectarle agua al acuífero, agua tratada o construir pozos de absorción, las mejores fábricas de agua de la ciudad son las que están ubicadas en el suelo de conservación y la prioridad debería de estar en la gestión de estas zonas de conservación de la ciudad.

Señora Secretaria Sheinbaum: Como ciudadana y como ambientalista, como diputada local lamento que en la gestión ambiental de la Ciudad de México no haya claridad de propósitos, determinación y compromiso con la causa del medio ambiente.

Nuestra exigencia de privilegiar la defensa del medio ambiente no está hecha desde la lógica de la disputa del poder político, como ha quedado de manifiesto en el trabajo que hemos desempeñado en esta diputación durante el primer año de la Legislatura. Está en el lugar que ocupan las causas y los problemas más urgentes de la ciudad, algunos de cuyos indicadores he señalado a lo largo de mi intervención.

La causa de la sociedad, las necesidades de los ciudadanos deben ser las necesidades y las causas de los funcionarios públicos también. La Secretaría del Medio Ambiente debe dedicarse como asunto central a curar esta grave herida y el agravio ambiental que sufre la ciudad de manera permanente.

En el medio ambiente vivimos el límite y el camino casi al desfiladero; creo que no se ha contenido ni se ha revertido el deterioro ecológico; seguimos teniendo un déficit de intenciones, a cambio de multiplicar las omisiones en la actuación, situación más grave aún cuando los funcionarios no ignoran esta situación al menos en términos teóricos, lo que es el medio ambiente y lo que significa su deterioro para las futuras generaciones.
Doctora Sheinbaum: Quiero terminar mi intervención con un exhorto:

Mi motivación en la crítica de su gestión es cumplir con mi responsabilidad y con el compromiso de la principal causa que me ha traído a esta Asamblea, es la causa ambiental, creo que esa es una causa compartida.

 

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